Tras la lectura del artículo "Los vampiros de la posmodernidad: Crepúsculo". de F. Morales Lomas, podemos ver como la autora compara el vampiro actual con los arquetipos
del vampiro en la literatura del siglo XIX. Como el fenómeno del vampiro ha ido
cambiando en relación con las tecnologías y a medida que la sociedad ha
cambiado sus hábitos.
Se centra en el
personaje de Cullen de Crepúsculo como vampiro posmoderno. Un vampiro
normalizado, adaptado e integrado a la sociedad y a la vida de un pequeño
pueblo EEUU. Se trata de una actualización del mito del vampiro que rompe con
la figura de un hombre violento, para mostrar un hombre perfecto, atractivo y
protector.
Podemos
relacionarlo con el arte callejero o arte urbano de Banksy, en el sentido de
que este muestra siempre una imagen que rompe con las imágenes “normales”
socialmente. Representa a los protagonistas de sus obras haciendo acciones y en
comportamientos que no relacionamos directamente con la cultura, género o
ideología que pensamos a las que pertenecen.
De este modo
podemos ver remodelaciones de grandes obra de siglos anteriores, como son las
imágenes relacionadas con figuras religiosas, donde presenta a la virgen, por
ejemplo, de una forma actual y modernizada. Esta aparece con dispositivos
digitales y demás artilugios que poco tienen que ver con la época en la que
sucedió la historia real.
Los estereotipos
que marca la televisión, en este sentido, puede verse reflejado en todas las
vertientes culturales, y esto son reflejos de los pensamientos y las
percepciones que los artistas tienen de los otros, reflejo que nos llega a nosotros a través de sus obras.
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